El Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y la Fuerza del Pueblo (FP) están avivando los ánimos de una posible alianza que a simple vista sería un total fracaso porque las heridas que generaron la salida del expresidente Leonel Fernández de esa organización aún se mantienen abiertas. Hay que tener presente aquel largo discurso pronunciado por Fernández cuando tomó la decisión de salir del PLD en el que enumeraba todas las razones que provocaron la fisura entre él y Danilo Medina, prometiendo en ese momento que dedicaría todos sus esfuerzos a sacarlo del poder.
A poco más de un año para las elecciones de 2024 y con un Partido Revolucionario Moderno (PRM) fortalecido, el PLD y la FP andan en aprieto buscando los votos que no encontraron en 2020, pero que cada día se les alejan más. Aunque están en sus planes una posible alianza, ambos son como el agua y el aceite, no se mezclan y menos en la actual coyuntura donde el Gobierno goza de la confianza del pueblo, que no se arriesgaría a regresar al retroceso.
La alianza es rechazada por dirigentes de partidos como los de la Fuerza Nacional Progresista (FNP), que preside Marino Vinicio Castillo (Vincho). Su hijo, Vinicio Castillo Semán (Vinicito), ya ha comenzado a dar indicios de inconformidad con la Fuerza del Pueblo, a cuyo líder han apoyado durante años. Su distanciamiento de la Fuerza del Pueblo viene dado por las aspiraciones que tiene Vinicito de lanzarse a la senaduría por el Distrito Nacional, posición a la que también aspira el hijo del presidente de la Fuerza del Pueblo, el actual diputado Omar Fernández, candidatura que, según versiones, ya está garantizada.
A esto se agrega que una parte de los dirigentes de la Fuerza del Pueblo quieren la alianza con el Danilismo para asegurar la ventaja para los comicios de 2024, pero en la actualidad se desarrollan varios procesos judiciales contra altos dirigentes y exfuncionarios del PLD, a los que los Vincho desea ver en la cárcel y contra quienes la población exige condena por sustraer recursos del Estado.
Entre estos exfuncionarios del PLD que guardan prisión acusados de desfalco al Estado destacan los exministros Administrativo de la Presidencia, José Ramón Peralta; de Hacienda, Donald Guerrero; y de Obras Públicas y candidato a la presidencia por esa organización Gonzalo Castillo, considerados los principales financistas del PLD y contra quien a este último una jueza dictó 18 meses de prisión preventiva.
Pero eso no solo son los escollos que pudieran separar al PLD de la FP. En la memoria de muchos debe estar palpable que la gente de Danilo procuró vincular a Leonel Fernández con uno de los narcotraficantes más sonados en ese momento, Quirino Ernesto Paulino Castillo, extraditado a Estados Unidos, condenado allí por tráfico de drogas y traído posteriormente al país para hacerle mella a Fernández, culpando este del hecho a dirigentes de su mismo partido para hacerlo saltar del poder.
En la actualidad, la Fuerza del Pueblo quiere alianza, pero con Leonel de candidato; y el PLD, que sea Abel Martínez quien encabece la boleta. Es un punto irreconciliable. Si a todo esto aún ambos partidos sueñan con una alianza, es posible que el resultado sea como tirarse a pescar en un mar bravo para que la corriente se lleve al pescador o a los pescadores. La realidad muestra a un presidente Luis Abinader con posibilidades de reelegirse fácil en primera vuelta. Por otro lado, la tormenta perfecta para que Leonel y Abel caigan derrotados, juntos o separados.